Humberto Eco escribió un articulo sobre la estructura del mal gusto y venia a decirnos que todo el mundo sabe lo que es pero nadie es capaz de definirlo, para añadir que el reconocimiento de ese mal gusto es instintivo y deriva de la reacción indignada ante cualquier manifiesta desproporción, ante algo que se considera fuera de lugar. Y es que el pensador italiano llega a la conclusión de que el mal gusto se caracteriza por una ausencia de medida del concepto estético.
Algo así como lo que los responsables del Ayuntamiento de Guadix ponen de manifiesto con su ultima ocurrencia estética, con su ausencia de buen gusto que me ha hecho preguntarme en manos de quienes estamos–confío en que a otros muchos accitanos les haya ocurrido lo mismo—al ver la foto de este diario en la que se muestra el balcón del Ayuntamiento luciendo un armario en el lateral del mismo. Un balcón que es la tarjeta de presentación de un edificio histórico que debería de ser cuidado con esmero por los que tienen una especial responsabilidad y que ha sido “violado” armónicamente. El armario construido en un espacio como ese es la máxima expresión del arte del mal gusto, del anacronismo: una apología de lo hortera.
Y ciertamente debería de preocuparnos la ausencia de sentido estético que muestran los responsables del desaguisado porque, como quiera que la Estética no se ocupa únicamente del arte o de la belleza; ya que entra en el ámbito de todo lo sensible, del conocimiento y de las emociones producidas por las sensaciones, es preocupante la ausencia de todo esto en los rectores del Ayuntamiento, porque yo me sentiría más tranquila si percibiese un mínimo de sensibilidad en ellos. Si notase en los mismos una adecuada capacidad de observación para calibrar lo que se debe y no se debe de hacer; una mayor inteligencia emocional para percibir lo que está mal y procurar la búsqueda de sintonía con el ciudadano. Y es que, se empieza por un armario en el balcón del ayuntamiento, se continúa permitiendo el vallado de espacios públicos y se termina consintiendo cualquier tipo de tropelía en el paisaje urbano.
pityalarcon.com 
Eso mismo pasa en otros ayuntamiento, por ejemplo en su momento, el de Madrid….(ja,ja lo de Alvarez del Manzano fué inenarrable pues ha sido el alcalde mas hortera del universo). Bien es verdad que nuestro Gallardín,a base de gastarse millones de euros de nuestros bolsillos tiene un ejécito de estilistas de la ciudad. Y todo parece mejor. ¡Así cualquiera. Me gusta tu post, haces del microcosmos una reflexión general.
Decía Abraham Lincoln que la belleza es la expresión estética del amor. Los que han hecho esto es evidente que NO aman el patrimonio de su tierra, al hacerle este «feo» a un edificio tan hermoso. Bravo Pity! Abajo con el mal gusto y con los que afean lo que es de todos!