LA FUERZA DE LA VIDA
Nuestra profesión depara muchas satisfacciones, entre ellas encontrarnos con alguien como Sofía Balsalobre. Una personalidad decidida y fuerte que se hizo más fuerte aún en el año 2000, cuando una zanja abierta en la carretera de Alcantarilla, sin señalizar, sin iluminar, cortó en seco el camino de su moto y de una vida que había transcurrido feliz en su niñez, junto a su hermano, y con unos fines de semana en la casa de sus abuelos, en el campo, hasta llegar a una adolescencia llena de proyectos, de ilusiones, de realidades, como esa oferta, el mismo día de su accidente, para desempeñar la jefatura de personal de una empresa, cuando solo tenía veintitrés años y le quedaban tres asignaturas para finalizar Relaciones Laborales. Una carrera que terminó, faltaría más: “Se que lo natural hubiese sido coger una depresión, que el mundo se me viniese encima. Fue muy fuerte, pero yo me empeñe en verlo desde otro punto de vista: Me podría haber matado, me podría haber quedado tetrapléjica, pero solamente estoy en silla de ruedas y puedo conducir, hablar, pensar, trabajar. Mi vida es plena y eso es lo que importa. Pura supervivencia, tenemos que hacernos fuertes ante cosas así y yo me hice”.
Tanto, que ha sido capaz de olvidar el descubrimiento de que hay amigos que pueden fallarte; como a ella la que creía su mejor amiga, la ultima chica que le vio de pie, antes de que ocurriera el accidente, y esa persona… su novio, que ella pensaba que la amaba, hasta ese fatídico momento. Todo eso le ocurrió, pero todo eso no le hizo perder esas ganas de vivir que le hacen soñar con ganar el Campeonato del Mundo de Badminton, en silla adaptada, que se celebrará en Guatemala la próxima semana: “El año pasado alcancé tres medallas en el Campeonato de Europa celebrado en Suiza, pero ahora me conformo con quedarme entre las tres primeras en alguna de las modalidades. Estoy la cuarta en el ranking mundial”.
Hoy entrena en el instituto Saavedra Fajardo, de Murcia, y no es difícil adivinar que lo hace con la misma ilusión que cuando se proclamó Campeona de España en 2002. Algo que hace compatible con el trabajo, con el teatro, y es que ella está convencida de que lo importante en la vida es tener pilares sobre los que sustentarse. Si uno se cae, nos dice, siempre podrás asirte al otro: “Como en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo juega un papel fundamental para la recuperación de los afectados la práctica del deporte, me enganché al mismo y eso me permitió no pensar en cosas que no quería y conocer a gente extraordinaria”. Así es que a su vuelta alguien le habló del Badminton y, hoy, el deporte de raqueta ligera y eso que llaman Volante dejó de tener secretos para ella. Y nos cuenta con ilusión que su gran reto es llegar a unas olimpiadas paralímpicas, aunque solamente quiere vivir el presente unido a la práctica de algo a lo que debe, nos dice, las ganas de vivir.
Pero su estancia en Toledo no solo le sirvió para iniciar una nueva vida, también para tomar conciencia de otras cosas, como algo que le hizo sentir rabia, nos dice, al comprobar que mientras que el tema de la sexualidad en el hombre, en las mismas condiciones físicas que ella, si está estudiado no hay nada hecho sobre la mujer. Así es que se propuso profundizar en este tema. Tanto, que se encontró viajando a EE.UU y Sudamérica para investigar sobre el mismo, para trabajar en un libro que sirva para ayudar a otras mujeres en su misma situación y que pronto será publicado.
Su curriculum nos habla de que no solamente hace deporte, también es Diplomada en Relaciones Laborales y tiene una larga trayectoria como Orientadora Laboral—ahora trabaja en la Oficina de Empleo de Alcantarilla–, es Coordinadora en la Región de ASPAYM, Asociación de parapléjicos y grandes minusvalías, e intenta sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre la discapacidad impartiendo charlas y conferencias por diversos centros de la Región. Ah, y teatro en la compañía “Empeño teatro: “Siempre me gustó y siempre hice teatro. Así es que después del accidente Paz Martínez me propuso escribir una obra sobre todo lo ocurrido y salió algo sin ningún matiz morboso, reflejando todo lo que yo quería decir. Y eso me hizo subir al escenario. A partir de entonces continuo haciéndolo, cuando puedo”.
Unos chicos hablan al fondo. Sentadas, ella en la silla y yo en un banco, transcurre una charla que nos hace pensar en el reto diario de su vida porque en las tareas más cotidianas ella ha de emplear el doble de tiempo así es que, nos dice sonriente, como sus días solamente tienen doce horas procura aprovecharlas al máximo. Y sí, las aprovecha, para leer a Eduardo Mendoza, para ser elegida Murciana del Año por el Instituto de la Mujer y Premio al Compromiso por el Instituto de la Juventud, para presidir la Federación de Deportes de Discapacitados Físicos en la Región, para descubrir que, si algunos supuestos amigos se quedaron en el camino, también se descubren otros, como Mariano, que solamente era un conocido cuando sufrió el accidente y hoy es un amigo de verdad.
Y continua hablándonos de sus vivencias y cuando le preguntamos que como se ve la vida desde una silla de ruedas nos cuenta con naturalidad: “Eres mucho más observadora, saboreas todo de otra manera. Desde aquí todo se relativiza. Lo superficial pasa desapercibido. Me preocupo del presente, no del futuro”. Un futuro que continuará para ella con muchas cosas por hacer porque solamente tiene 34 años. Pero no, no es una superwoman. Solamente es una mujer que procura buscar tiempo para lo que le gusta. Para encontrar en alguien como el arquitecto Antonio Corbalán al hombre de su vida, su compañero de camino. Y si, buscan un niño mientras escribe ese libro que agradecerán tantas mujeres.
Publicado en La Opinión, de Murcia, el 17-11-2011
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