EL COLMO DEL RIDÍCULO PARA JUSTIFICAR LO INJUSTIFICABLE ES INVENTARSE VÍRGENES DE DERECHAS Y DE IZQUIERDAS, EL NO VE MÁS DE LA DESMESURA.
Nuestra no respetada Constitución nos dice que “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”. Y ateniéndose a ese principio de separación entre Iglesia y Estado (una conquista tan reciente en este país nuestro), los dirigentes de Podemos pusieron el grito en el cielo cuando el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, concedió la más alta condecoración del Cuerpo Nacional de Policía a Nuestra Señora María Santísima del Amor. El escándalo fue mayúsculo y al ministro se le dijo de todo menos bonito, hasta el punto de que tuvo que pronunciarse al respecto la Audiencia Nacional que avaló la decisión de Fernández Díaz, al no ver “ni irracionalidad ni arbitrariedad en otorgar la máxima distinción policial a una virgen”. Y ante esta resolución, las asociaciones Europa Laica y Movimiento hacia un Estado Laico llevaban el tema al Tribunal Constitucional, presentando un recurso de amparo contra lo que calificaban de «ilógica» y «extravagante» orden del ministro del Interior.
Y ciertamente hay a quienes esta decisión del Ministro pudo parecer “ilógica “ y “extravagante” teniendo en cuenta que, ni siquiera en Italia, el centro de la religiosidad católica, se permiten, al parecer, estas decisiones; cuando menos, curiosas. Pero lo que es difícil de comprender es que, ni por parte de Podemos, ni por parte de Europa Laica y Movimiento hacia un Estado Laico (por lo menos hasta ahora) hayan montado el mismo escándalo que en aquella ocasión cuando se ha producido la concesión por el Ayuntamiento de Cádiz de la Medalla de Oro de la Ciudad a la Virgen del Rosario. Sí, lo que están leyendo. El ayuntamiento de Cádiz, presidido por un alcalde de Podemos, los que perseguían por las antenas y panfletos al ministro de la medalla, hoy hacen lo mismo, con otra Virgen, es verdad, pero Virgen al fin.
Pues bien, rizando el rizo del ridículo más espantoso, el señor Iglesias, el amado líder de Podemos, ese partido que juzga las cosas en función de quienes las hagan, hace unas declaraciones esperpénticas diciendo que esa decisión ha sido “una buena decisión “muy laica”. Sí, así lo explica Pablo Iglesias, en una entrevista concedida a un diario de Cádiz. Entrevista que ha dejado al personal un tanto “alelados”. Sí, desde Podemos se están defendiendo argumentos infumables en defensa de la medida, hasta el punto de que se atreven a pregonar que esa Virgen, que defiende Kichi, «no va unida al conservadurismo», porque, nos cuentan, es la “Virgen de los humildes” y “ayuda a los golpeados por la sociedad”. El colmo del ridículo para justificar lo injustificable es inventarse Vírgenes de derechas y de izquierdas, el no va más de la desmesura. Que se nos quiera justificar esto en función de qué Virgen es de aurora boreal. Y que Pablo Iglesias intente justificar su sectarismo, hasta para con las Vírgenes, es digno de un profundo y serio estudio psicológico.
Sí, el señor Iglesias sin pestañear ha soltado esto: «Admito que cuando me enteré no entendía nada y tuve que llamar a Kichi para que me lo explicara. Para alguien de Madrid suena raro y no encajaría en otros ayuntamientos que gobernamos. Pero él me convenció. Me habló del carácter de dignidad popular que significaba esa Virgen y que en una ciudad como Cádiz, con esa tradición anarquista y liberal, esa Virgen, tan vinculada a las cofradías de pescadores, no va unida al conservadurismo que nos podría parecer desde fuera. Yo creo que Kichi lo ha manejado de una manera muy laica en el sentido de que se trata una muestra de respeto a los sentimientos populares demostrando que hay que convivir con distintos pareceres y tradiciones. Los urbanitas de izquierda tenemos que aprender a respetar esas tradiciones tan arraigadas en el pueblo». Amén.
Ya ven, al parecer se ha caigo ahora del guindo en eso de aprender a respetar algo. Él que lo hace tampoco. ¿Pero no sería mejor respetarse, respetando a todos?