El brillante político británico, Winston Churchill, al que debemos tantas y tantas frases para enmarcar, dejó escrito que “La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”. Pero esto, que parece tan evidente, no lo es cuando la mayoría absoluta se ejerce absolutamente; con absolutismo vamos, y ya saben que el absolutismo es un sistema de gobierno en el cual el poder reside en una única persona que manda sin rendir cuentas a un parlamento o en la sociedad en general, algo que prevaleció desde el siglo XVI hasta la primera mitad del XIX.
Y usted, que me está leyendo en estos momentos, se preguntará sobre los motivos de mi reflexión en torno al absolutismo, en este primer día de mi reincorporación a esta sección, después de un tiempo en el que le dejé descansar de mis cavilaciones. Pues mire, yo se lo explico: Se ha constituido el Consejo Asesor de la Radio Televisión Autonómica, Consejo al que pertenecí la legislatura anterior y al que continuo perteneciendo y he de decirle que, por primera vez en una reunión del mismo, sentí la importancia de la capacidad de reflexionar y de opinar, de argumentar en definitiva sin oír descalificaciones o sin limitarme a eso que mi compañero, en aquella legislatura, Pedro José Navarro, y yo, nos pasábamos apuntando en todas las reuniones, “vale pero que conste en acta”. Una petición que, créanme, nosotros sabíamos que no serviría para nada, pero que nos prestaba una cierta tranquilidad democrática.
En ese Consejo, figuraban seis representantes a propuesta del PP. Dos representantes a propuesta del PSOE y un representante a propuesta de IU. El resultado para PSOE e IU era el que se pueden imaginar. Nuestras opiniones, reflexiones y propuestas no servían para nada y ya saben, “que conste en acta”. Daba igual que nuestras consideraciones estuviesen razonadas. Que hiciéramos un seguimiento exhaustivo de los manifiestamente mejorables informativos de la 7RM. Daba igual nuestro seguimiento de los mismos y nuestros razonamientos sobre la necesidad de democratizar dichos informativos, nada era escuchado, oído y reflexionado, aunque “constase en acta”. Y sí, en esta nueva etapa para la Región de Murcia, el lunes se constituyo el Consejo de la Radio Televisión Autonómica. En esta legislatura son tres los consejeros a propuesta del PP. Dos a propuesta del PSOE, dos a propuesta de Podemos y dos a propuesta de Ciudadanos. Es decir, se acabaron las mayorías absolutas, el desprecio al adversario y la descalificación como sistema. Y apareció el consenso, las buenas maneras y la búsqueda del entendimiento que haga posible la mejora de la Radio Televisión Autonómica, si es que, al final se tienen en cuenta sus opiniones. Pero lo importante es que tras las elecciones autonómicas en la Región de Murcia comenzó un tiempo nuevo no solo para este Consejo. Tiempo nuevo que percibimos la misma noche electoral, cuando las declaraciones de los distintos líderes políticos ya nos hacían presentir que algo cambiaría aquí, y para bien. Incluso el entonces candidato y hoy Presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, anunció que se abre “una nueva etapa en la política regional” y adelantó que la que comenzaba sería “la legislatura más reformista de la historia de la democracia”. Y es que, después de 20 años de gobierno con mayoría absoluta, el PP se veía obligado a pactar, a tener en consideración las propuestas de los demás partidos políticos, a oír las voces de los otros, incluso aprender las enseñanzas de perder votaciones en la Asamblea Regional, algo a lo que no estaba acostumbrado. Percibo, que es el momento del consenso, del diálogo. Porque sí, “La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”.