A la consejería de Turismo ha llegado ahora un hombre razonable, mesurado y sin ínfulas de grandeza, Juan Carlos Ruiz, quien se dio cuenta de que una política turística no puede estar cambiando continuamente.
En 1983 tuve la fortuna de venir a Murcia a dirigir RNE. Pasaron seis años, incluido el periodo en el que dirigí TVE, en esta Región, hasta que mis jefes decidieron que me fuese a otro sitio. Sí, han pasado veintiséis años y parece que fue ayer cuando yo llegue a Murcia y me llamaba la atención un slogan “Murcia, Costa Cálida”, lo más acertado para esta tierra, y un logo, un sol radiante, que parecía perderse en un azul, rojo, infinito. Pues bien, regresé, por suerte para mí, en el 1997 y el sol había desaparecido, el slogan no existía y comenzaban a surgir campañas extrañas, de muchos millones eso si, que nos hablaban de algo así como Murcia “ no-typical” y no se que otras ocurrencias, a precio de oro. Ocurrencias que alcanzaron su paroxismo en una rueda de prensa en la que el que se suponía que tenia que cantar las alabanzas de ese extraño no typical, Vladimir Karabatic—al que el señor consejero de Turismo de entonces se empeñaba en calificar de eminente antropólogo– confesaba que él, realmente, veraneaba en Ibiza. Vamos, el colmo del despropósito.
Pasaron las horas, los días, los años y miren por donde nos encontramos en el mismo sitio. Y como deseamos lo mejor para esta tierra, nos alegramos. Y seguramente nos alegramos de manera especial porque en nuestra primera etapa al frente de la dirección de TVE en Murcia tuvimos la oportunidad de ofrecer, a través del centro regional, todos los veranos, un programa que, esta mal que lo digamos pero fue así, nos copiaron en otras televisiones, y que se llamaba Costa Cálida, como no podía ser de otra manera. Un programa que, con las limitaciones de presupuesto que tenia, con las limitaciones de personal que tenia, y con todas las limitaciones del mundo estaba cargado de dignidad y entusiasmo por parte de todos los trabajadores que lo hicieron posible. Pero miren por donde, a la consejería de Turismo de la Región de Murcia llegó, ahora, un hombre razonable, mesurado y sin ínfulas de grandeza,
Juan Carlos Ruiz, que se dio cuenta de que una política turística no puede estar cambiando de mensaje continuamente porque el dichoso mensaje se pierde y decidió que eso de Costa Cálida no estaba tan mal, vamos que era lo normal en un lugar de tanto calor. Y recuperó el mensaje. Y el logo no se atrevió a que fuese al mismo–hubiese sido demasiado– pero casi porque, aunque el actual aparece rodeado del color azul– es normal en alguien del PP– los que hemos cumplido algunos años no podemos dejar de recordar aquel otro sol azul y rojo que alumbraba la Costa Cálida de entonces porque son muy, pero que muy parecidos. Pero como son las cosas, el presidente de la Comunidad Autónoma, presentaba días pasados una campaña de promoción turística—que ya se movía hace años– en colaboración con la Federación Regional de Organizaciones Empresariales de Transporte de Murcia (Froet), que permitirá rotular una veintena de remolques frigoríficos con la imagen de ‘Costa Cálida-Región de Murcia’ y recorrer con ella diferentes países de toda Europa, como si fuese el invento del siglo. Ya ven, algo que funcionaba en el 1983 lo dejaron morir para recuperarlo ahora, en el 2014, con casi el mismo logo y, sin casi, el mismo slogan. Que cosas tienen algunos políticos, no aceptan las herencias pero son tan incapaces de inventarse otras, de parecido éxito, que al final han de regresar a las ideas de aquellos que denostaron. Si en el camino se quedaron cientos de millones, que importa, ellos no lo pagan. Lo pagan unos presupuestos que figuran entre los más deficitarios del Estado. Pero ya ven, al parecer, hemos descubierto el agua caliente porque, el presidente, nos dice que se trata de «una muy buena iniciativa que pone de manifiesto el acierto de la política turística que se está llevando a cabo desde el Gobierno regional». Vale…tanto rodar y rodar para volver al mismo sitio. Qué mala memoria tienen algunos.