Puestos a ser optimistas nos quedamos con que, en esta ocasión, no se pateó la cara de ningún manifestante, como si ocurrió en la Gran Vía, en alguna ocasión, cuando los ciudadanos ejercían su derecho a pronunciarse libremente.
Este Gobierno comenzó cargándose, de hecho, la Ley de Dependencia, eliminando becas y arremetiendo contra la educación pública. Entre todos los ministros continuaron con el deterioro de la sanidad publica, la eliminación de una justicia gratuita y todo eso que hace que un país tenga la dignidad de funcionar en derechos sociales y ahora, este Ejecutivo con frenesí legislador, decide arremeter contra los derechos fundamentales de los ciudadanos que viven en un pías democrático, entre otras cosas, el derecho a manifestarse libremente, a gozar de una seguridad pública de garantías.
Si de algo está haciendo gala esta nación, los ciudadanos de este país, es de un exquisito comportamiento ciudadano ante lo que está ocurriendo– como el chistoso Wert puso de relieve cuando dijo que las manifestaciones en aquí eran como fiestas de cumpleaños, o algo así, que ya me pierdo con las ocurrencias de este señor– por eso es más extraño este desandar el camino de las libertades emprendido por el Gobierno de Rajoy–aprobación de Leyes como la de Seguridad Ciudadana y la de Seguridad Privada–, que han de ofender a los demócratas.
Y como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es un demócrata, no tenemos la más mínima duda de ello, comprendemos y compartimos las palabras que pronunció el pasado sábado en Murcia, con motivo de la convención celebrada por los populares murcianos donde, entre otras cosas dijo: «Lo que sea España es una decisión que no compete al presidente del Gobierno, ni a un partido político, ni siquiera a un Parlamento, corresponde a todos los españoles que son los que tienen la soberanía nacional».
Difícil no estar de acuerdo con esto, y más difícil aún casar estas palabras con lo que estaba ocurriendo fuera del auditorio Víctor Villegas, de Murcia, donde se celebraba el acto y donde más de doscientos españoles, ejerciendo esa “soberanía nacional” a la que se refirió Rajoy, intentaban mostrar su rechazo a lo que está ocurriendo pero, miren por donde, no pudieron hacerlo donde Rajoy pudiese oírlos y fueron confinados por lo que se llama “cinturón de seguridad”, en un callejón a más de doscientos metros del auditorio para, al final del acto, tener un altercado con la policía con la detención de algunos de estos manifestantes. Pero miren, puestos a ser optimistas nos quedamos con que, en esta ocasión, no se pateó la cara de ningún manifestante, como si ocurrió en la Gran Vía, en alguna ocasión, cuando los ciudadanos ejercían su derecho a pronunciarse libremente.
La Ley de Seguridad Ciudadana que, por su contenido, deriva, en la mayoría de los casos, los conflictos con los detenidos en una manifestación al ámbito de una Justicia que ya no es gratuita, se refuerza extrañamente con la Ley de Seguridad Privada que, entre otras cosas, permite la detención de personas en la vía pública para su entrega a Policía o Guardia Civil. Una Ley que pretende proteger a las empresas que se dedican a ese menester, como confesó, públicamente, la semana pasada el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, continuando el discurso del Ministro.
Este Gobierno ha cogido una marcha de crucero donde se detecta un claro deseo de empequeñecer más el Estado y privatizar todo aquello que pueda beneficiar a un sector de la sociedad, entre los que no están esos que salen a las manifestaciones y corren el riesgo de ser detenidos, como vulgares delincuentes. Me cuesta pensar que, en tan poco tiempo, el recorte de las libertades nos sitúe entre esos países donde el ciudadano ha de salir a la calle con la documentación en la boca. Sinceramente, no veo las razones que producen esta obsesión por la seguridad del Ministro del Interior.
Hola Pity, me quedo estupefacto al leer tu afirmación relativa al Sr.Rajoy, de que es un democráta, de lo que no tienes la más minima duda de ello; permiteme que me quede perplejo, y más a la vista, del presente artículo, donde hablas del recorte de libertades etc,pariicularizando este en decisiones como la reciente del Sr, Ministro del Interior, otro gran democráta, si seguimos sus intervenciones en el programa » La Ventana » de tu compañera Gemma Nierga, con anterioridad a ser Ministro y me pregunto ¿donde quedan las mentiras y ataques a la libertad, que nos tienen acostumbrados estos señores semana tras semana?,no crees que esa afirmación es de dudosa rigurosidad a la vista de los hechos, obviamente partiendo de una interpretación seria y rigurosa de lo que se considera un democráta.
Antonio García Marcos