LA JUSTICIA, NO SIEMPRE ES JUSTA

Baltasar GarzónEscribir sobre el juez Garzón es exponerse a las iras de unos o al aplauso de otros, dependiendo del contenido del artículo. Y es que, en mucho tiempo, no ha existido en este país una figura tan controvertida como la de este juez capaz de despertar la admiración unánime de todos por su persecución a ETA y poco después el odio más visceral de esos que le aplaudían, al producirse su paso fugaz por la política. Cuando salió de ella, unos y otros, por diferentes motivos, coincidieron en vilipendiarlo.

Hace unos días hablaba con una juez del TSJ de Murcia. Sus opiniones siempre me interesan porque es una profesional de gran lucidez capaz de hacerte un análisis jurídico que te permite aclarar todas las dudas que puedas tener en relación con esos asuntos. Ella no es «garzonista»—yo tampoco– y aunque no está de acuerdo con la decisión del Tribunal Supremo de encausarle, menos aún coincide con la manera de instruir los casos de Garzón. Me hizo reflexionar sobre lo que me apuntaba, pero no dejo de pensar que, con todos sus defectos, Garzón es una persona honesta, que no se ha casado con nadie—seguramente ese es el motivo de la inquina de unos y otros—y que, equivocándose o no, ha intentado ser justo, que es lo que hay que exigir a un juez.

Que un magistrado se encuentre con tres causas abiertas en los tribunales de justicia y con una nueva petición de suspensión por parte del órgano de gobierno de los jueces por investigar lo que en conciencia cree que ha de investigar, no es fácilmente comprensible. Porque yo me temo; creo que lo tememos muchos y muchas, que el caso Gürtel ha pesado más que lo de las fosas del franquismo. Y eso nos preocupa porque, una vez más, se demuestra que cuando se conocen los vericuetos más supuestamente oscuros de la Ley, es posible todo. Como que el juez sea juzgado antes que los muchos imputados en la Gürtel, esa red de corrupción que afecta al PP.

No hay que ser muy avispado para ver en esta maniobra jurídica lo que el PP ya consiguió con el llamado caso Naseiro. Otro asunto de corrupción de los populares que se salvaron gracias a determinadas argucias que llevaron a que, de nuevo el Supremo, declarase nulo el proceso por no se que ilegalidad de las grabaciones telefónicas. La historia se repite y aunque en el imaginario colectivo quedan aquellas frases de un determinado personaje que decía que “estaba en política para forrarse”, lo cierto es que asistimos de nuevo a algo que nos pone el mundo al revés. Los supuestos delincuentes involucrados en la Gürtel figuran en las listas electorales, mientras que el juez está inmerso en un proceso que le puede llevar a la pérdida de su condición de tal. Todo un sarcasmo.

Publicado en La Opinión, de Murcia, el 16-4-2011

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