El Señor Hernando, diputado del PP dice que “Garzón no puede estar por encima de la Ley”. Los partidos políticos tampoco.
Escuchaba unas declaraciones de Iñigo Urkullu, el Presidente del PNV. A una pregunta sobre el juicio al juez Garzón, Urkullu mostraba su poca simpatía por el controvertido juez, aunque ponía paños calientes a eso de ser juzgado, o no; que me perdí oyéndole. Lo que si dejó claro es que los abertzales—nacionalistas vascos más o menos radicales—no guardan especial afecto por Garzón.
Oyéndole, no pude evitar pensar en lo extraña que puede ser la acción de la justicia a la que, debo de reconocer, hace tiempo que dejé de intentar comprender porque, lo que son las cosas, el juez que se sienta en el banquillo, ante sus colegas de la Sala Segunda, es denunciado, entre otros, por Manos Limpias, una organización ultraderechista que acusa a Garzón de prevaricar, de cometer la falta más grave en la que pueda incurrir un juez, castigado hasta con 20 años de inhabilitación. Mientras, no les quepa la más mínima duda, en las herriko tabernas–donde se reúnen los simpatizantes de la izquierda abertzale—se lleva unos días brindando por la posible inhabilitación de quien fue siempre su declarado enemigo, el magistrado Garzón. Ese juez que se convirtió en el primero que interrogó en Francia a etarras, que detuvo a centenares de ellos, que demostró que ETA no eran solo sus comandos—confiemos en que ahora sea así—, y que suspendió las actividades de su entramado político.
La prensa extranjera se hace eco de este juicio y, la mayoría de los medios, incide en que los motivos de su enjuiciamiento son los crímenes del franquismo. Pues nos tememos que no sea así. Aquí, lo verdaderamente importante, es cortocircuitar la trama Gurtel, un caso flagrante de corrupción del PP. Y como ya llueve sobre mojado—acuérdense del caso Naseiro y la invalidez de las escuchas telefónicas —nos tememos lo peor. Y lo peor es que, en otra pirueta judicial, los abogados de la trama Gürtel consigan–si se condena al juez– que las escuchas sean inutilizadas como prueba. Eso es lo importante. El Señor Hernando, diputado del PP ha declarado que “Garzón no puede estar por encima de la Ley”. Los partidos políticos tampoco.
El mundo al revés… mientras algunos, por ahora, se han ido de rositas. Siempre nos quedará el Supremo.
e-Periódico
EN UN EDITORIAL DEL SÁBADO
‘The New York Times’ sale en defensa de Garzón
«España es ahora una vibrante democracia, pero el juicio al juez (…) es un eco perturbador del pensamiento totalitario de la era de Franco», señala el rotativo
«Es una ofensa a la justicia y la historia», subraya
Domingo, 5 de febrero del 2012 – 16:58h.
EFE / Washington
El diario The New York Times defiende este domingo en uneditorial al juez español Baltasar Garzón, procesado en el Tribunal Supremo por investigar los crímenes del franquismo, lo que considera «un eco perturbador del pensamiento totalitario de la era de Franco» y «una ofensa a la justicia y la historia».
«España es ahora una vibrante democracia, pero el juicio al juez Garzón, que se abrió la semana pasada, es un eco perturbador del pensamiento totalitario de la era de Franco», señala el rotativo.
Garzón, acusado de prevaricación por su supuesto desafío a la ley de amnistía promulgada en 1977, se enfrenta a 20 años de inhabilitación en el juicio, que continuará esta semana con la declaración de testigos y la prueba documental.
Absolución
En el editorial titulado Truth on trial in Spain (La verdad, a juicio en España), el prestigioso periódico neoyorquino opina que el Tribunal Supremo español «nunca debió haber aceptado este caso» y, «ahora, debe absolverlo».
El magistrado se defiende de la acusación «al indicar, correctamente, que bajo la ley internacional no puede haber una amnistía por los crímenes contra la humanidad y que las desapariciones no resueltas -con miles de fosas comunes sin abrir- constituyen un crimen persistente», precisa.
El rotativo recuerda que, durante la guerra civil española y después, «se cometieron terribles crímenes que ningún tribunal ha examinado o juzgado aún».
«Nadie sabe cuánta gente fue secuestrada, torturada y asesinada. Ahora, uno de los magistrados principales de España está siendo juzgado por atreverse a abrir una investigación sobre esas atrocidades», afirma.
Más causas
Garzón se enfrenta, además, a otras dos investigaciones: una sobre los supuestos cobros recibidos en 2005 y 2006 durante su estancia en la Universidad de Nueva York y otra por ordenar la intervención de las comunicaciones entre varios de los imputados del caso «Gürtel» sobre corrupción, que implica a altos cargos del Partido Popular.
«No podemos juzgar los méritos de estos dos casos. Pero la persecución penal de magistrados por sus veredictos es algo raro en España y podría enfriar la independencia judicial», alerta The New York Times.