LA POLÍTICA Y LA VIDA

MARÍA ANTONIA MARTÍNEZ. EX-PRESIDENTA DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE LA REGIÓN DE MURCIA
Una casa que tiene sus pasillos ocupados con estanterías llenas de libros—donde predominan los textos de Derecho– ya promete que en ella te vas a encontrar bien. Que quienes viven aquí son de fiar. Seguramente esta percepción nace de que, a mí, María Antonia Martínez, siempre me pareció una persona de fiar. Una persona que recuerda con agradecimiento a su madre, que lucho para que ella estudiase; y con ternura su infancia, donde era la mayor de siete hermanos y donde, a la hora de comer, se sentaban a la mesa de once a doce personas: “Éramos siete, más mis padres y mi abuelo, más el que llegase, que siempre llegaba alguien. Y recuerdo mi infancia con tranquilidad, pese a todo el bullicio que podíamos formar, que era mucho. Mi infancia está unida a mucha gente. Un ir y venir de críos. Y, claro, al ser la mayor, aprendes a tener mas responsabilidad”. Esto último lo dice a carcajadas, como para quitarle trascendencia: “Yo me eduqué en el Colegio de Monjas del Sangrado Corazón. Fue una época que recuerdo con mucho afecto. Yo quería estudiar y ellas me lo permitieron y solamente tengo buenos recuerdos de esa etapa”.
Tengo la percepción de que María Antonia tiene buenos recuerdos de todas las etapas que le ha tocado vivir. De que es está agradecida a la vida. Una persona positiva, en definitiva. Y, sobre todo, una persona con una acusada conciencia social y con un enorme deseo de participación en la vida pública: “Yo desde que tenía once años pensaba en ser abogada defensora de causas más o menos perdidas. A los doce años era la Delegada del curso en el Instituto y me encantaba dedicarme a hacer cosas por los demás. El defender a gente que necesitara de mi apoyo fue siempre mi objetivo”
Seguramente por todo ello fue abogada de UGT. Y seguramente también porque ella sabia, en primera persona, de los abusos que en determinados trabajos se pueden llegar a cometer: “He pertenecido a un estrato social donde se percibían muchas necesidades. He trabajado en las fábricas de conservas, desde que tenía once años y he vivido con mucha injusticia alrededor mío. Por eso la búsqueda de la justicia ha sido mi objetivo. Tengo motivos para considerarme una persona afortunada porque he tenido la vocación y he tenido la oportunidad de desarrollar esa vocación”
María Antonia habla del derecho con una gran pasión, con intensidad. Y tuvo ocasión de poner en marcha ese entusiasmo recién licenciada —unos meses antes de entrar en vigor la Constitución—porque su primera campaña política fue precisamente la explicación y defensa de la Constitución, por las pedanías de Molina, donde ella vivía, hasta tener la oportunidad de ampliar su campo de acción con su trabajo en el Senado. Una actividad centrada en el ámbito de lo jurídico, formando parte de la Comisión de Justicia en las tres legislaturas que he estado en el Senado.
Y hablamos y hablamos de derecho, de su idea de la justicia, de su legítimo orgullo por haber sido Secretaria General del Grupo Parlamentario Socialista en el Senado, de lo feliz que le hizo ser ponente de muchas de las más importantes leyes que se han aprobado en los últimos tiempos en la Cámara Alta—entre las que destaca la de Igualdad y la de Violencia de Género—y de muchas cosas más. Pero su cara se ilumina de una manera especial cuando le pregunto por sus hijos: “No puedo evitarlo, pienso en ellos y me surge toda la ternura. Son muy buenos chicos y me han salido muy artistas. La música y la literatura llenan sus vidas y a mi me hace feliz, porque han elegido el camino que a ellos les hace felices y esto es lo que importa”.
Llegados a este punto es inevitable charlar sobre el precio que hay que pagar por ser mujer y dedicarse a la política: “Es difícil saberlo”, me dice y calla. Pero lo cierto es que, seguramente por ser mujer, algunos parecen olvidar su currículum. Y este nos habla de que fue Secretaria General del PSOE, en la Región de Murcia y de que se hizo cargo de la Presidencia de la Comunidad Autónoma en tiempos de crisis económica, política y social. Una etapa en la que se puso en marcha el Plan de Reactivación de la de la Región y el Plan Especial para la Comarca de Cartagena, que fueron firmados por el Gobierno de España y el PP, al igual que el Pacto del Agua.
Maria Antonia nos habla, casi con emoción contenida, de la Preautonomía. Cuando la Región de Murcia, como el resto de regiones; como el país entero, descubría la democracia y la libertad. Y una jovencísima María Antonia Martínez colaboraba en ello desde la Secretaría General Técnica de Hacienda y más tarde, como Consejera de Economía y Hacienda. Se daban los primeros pasos de extinción del sistema anterior y ella, desde esa consejería, dirigió la liquidación de la antigua Diputación Provincial y del Consejo Regional Preautonómico, siendo la responsable de los primeros Presupuesto de la Comunidad Autónoma en 1983.
Charlamos de todo y de todos, pero tengo la sensación de que María Antonia Martínez nunca dará un titular escandaloso. Bromeamos sobre esto, pero no me imagino a ella faltándole el respeto a nadie. Y con respeto habla de su incorporación, a su puesto de jurista de la Comunidad Autónoma, tras doce años en el Senado: “Yo ahora me estoy readaptando. Tengo un buen ambiente de trabajo y estoy disfrutando del mismo. Me gusta”.
Con María Antonia Martínez hablar de su vida es, en gran parte, hablar de política y de una manera noble de entender la política: “Para mí, la política tiene que ver con la facultad de poder cambiar las cosas. De mejorar la vida de la gente y, en ese sentido, yo he sido una persona afortunada, porque he tenido la oportunidad de intentarlo desde muy distintos planos”