A mediados de marzo, más de cincuenta mil personas se concentraban en la plaza del Popolo de Roma, para reivindicar el orgullo de ser europeos. Una concentración propugnada por la sociedad civil, pero con la inestimable colaboración de otras organizaciones que respondieron a la convocatoria de artistas, escritores, intelectuales, y decenas de alcaldes de distinto signo político, que se unían a esta iniciativa, para llenar las calles de la capital italiana de banderas de la Unión Europea y el lema: “Una plaza por Europa”.

Miles de banderas azules ocupaban la plaza, hasta tener que cortar los accesos porque no cabía más gente. Un espíritu europeo que, al parecer, está mucho más presente en Italia que en España porque aquí, la asistencia a un hecho parecido; celebrado en Madrid, el pasado domingo, no pasó de mil ciudadanos, en un acto presentado por la periodista Mara Torres y organizado por un grupo de personas vinculadas a la cultura, la comunicación y asociaciones juveniles como Equipo Europa o Jóvenes Federalistas Europeos. Y aunque asistieron políticos como el ministro de Transformación Digital, Óscar López, la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto y el coordinador de Sumar Carlos Martín, lo cierto es que se echó a faltar la presencia de otros partidos políticos que, en teoría, deberían de estar de acuerdo con la existencia de una UE que tanto bien ha hecho a este país.

El lema de la convocatoria de la plaza de Calleo, en Madrid, era: ‘En defensa de Europa y la democracia’. Una leyenda fácilmente asumible por todos, sobre todo cuando Europa está en peligro y la democracia también: los que se niegan a ver esto, hacen alarde de una ceguera preocupante. Como algunos políticos españoles que parecen estar de espaldas a la realidad, viviendo en un mundo propio, donde el resto no cuenta. Y cuando se habla de incrementar el presupuesto dedicado a armamento, las voces se levantan como si no perteneciéramos a una comunidad que se ve gravemente amenazada porque, durante mucho tiempo, dejó su defensa en manos del “primo de Zumosol”, que ahora ha pasado a asustar, en vez de tranquilizar ente la amenaza de “otros primos” pendencieros..

Unos políticos varados en el tiempo, haciendo las mismas declaraciones contra la OTAN; que otros realizaban en la transición democrática, olvidando que si no hubiésemos entrado en esa OTAN, tan denostada por algunos, tampoco hubiésemos podido acceder a la Unión Europea. Ignorando también, que cuando España ingresó en esta comunidad, en 1986, su PIB era de 243.382 millones de euros, para a partir de ahí, alcanzar un PIB de 1,59 billones de euros en 2024.

Sí, España ingresó en la Comunidad Europea el 1 de enero de 1986, después de haber firmado el Tratado de Adhesión el 12 de junio de 1985. Y lo hizo para dar un vuelco económico y social a este país, porque para los españoles, pertenecer a Europa, significó adoptar el discurso de la UE sobre la lucha contra la pobreza y la exclusión social, la promoción de la igualdad de género, la conciliación de la vida familiar y laboral y la introducción de políticas activas de empleo.

Los derechos también conllevan obligaciones y ahora Europa tiene la necesidad de protegerse y, guste o no, solo se puede hacer aumentando el presupuesto en defensa, pero mientras que el PP parece vivir en una continua dualidad en ciertos temas, en este también, los partidos, a la izquierda del PSOE, no actualizaron su mensaje y continúan con el mismo discurso de siempre. Así es que, en este siglo XXI, aún nos es dado oír, entre otras cosas, lo de llamar a Sánchez “señor de la Guerra”, por parte de Podemos, o escuchar a Rufián decir eso tan simplón de «no estar de acuerdo con la guerra».

Nadie, normal, está de acuerdo con la guerra, excepto quienes las provocan.

Publicado en La Opinión, de Murcia, el 14 de mayo de 2025

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