Por mi profesión, he tenido que asistir a muchos actos de matiz político, cultural, empresarial. Sí, empresarial también. Y en todos esos actos, de cierto relieve social, los hombres; las mujeres también claro, pero los hombres, todos, cuidan su imagen y lucen sus mejores galas, porque ellos también atienden los detalles estéticos cuando han de aparecer en actos públicos.

Normalmente, se ponen ese traje con el que saben que la prestancia se agranda y eligen esa corbata que hace juego con la camisa. Es más, algunos de ellos, procuran llevar siempre aquel cinturón que va, por el estilo, con el traje elegido, la corbata y los zapatos que pretenden lucir brillantes. Y claro, prefieren para la ocasión portar ese reloj de marca premium que saben que despertará la envida de algunos, porque todo esto es normal. Pero a lo largo de mi vida profesional y personal, jamás escuche a nadie comentar con sorna, con un pelín de desprecio, que cierto personaje, masculino, claro, siempre llevaba un determinado color de traje, la misma corbata o los mismos zapatos, cuando firmaba importantes acuerdos empresariales, o de otro tipo. No, con los hombres, estas cosas no ocurren. Porque un determinado traje, corbata o camisa, no puede hacer mejor ni peor ese acuerdo extraordinario con el que lucirse, por el que presumir, con toda la razón del mundo.

Bueno, en un hombre no, pero hemos de darle vueltas a la cabeza sobre si el color de un atuendo de mujer puede hacernos más o menos inteligentes, o justificar el puesto que ocupemos. Porque hay hombres, aunque cueste trabajo creerlo, que si son capaces de pensar así. Por ejemplo, Lorenzo Amor lo piensa.

Sí, Lorenzo Amor Acedo, es Vicepresidente de CEOE y presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de España. Días pasados, anunciaba su candidatura a este organismo para revalidad su mandato. Y lo hacia en un acto en el que, entre otros, estaba presente Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, y todo dentro del rechazo de la patronal a la reducción de jornada como telón de fondo.

Asimismo, el presidente de ATA, llamaba la atención de los asistentes al acto sobre el traje que portaba la ministra porque, según este “analista de estilismo”, ella tiene tendencia a llevarlo en días de especial relevancia, como en el pasado Consejo de Ministros en que se aprobaba la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Y lo hacia refiriéndose a la ministra con esta displicencia, con esta frivolidad también: «voy a hablar de un día importante y sobre todo un día importante para la ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz. Para ella es un día importante: yo cuando la he visto llegar con su traje marfil ya sabía que es un día importante para ella porque ella se pone este tipo de colores y estos trajes cuando comparece en Consejo de Ministros para dar la rueda de prensa y contar cosas de las que ella se siente satisfecha». Si, todo esto decía el Vicepresidente de la CEOE ante el asombro de muchos de los presentes en el acto—todos los hombres no son machistas—, para terminar dirigiéndose en persona a Yolanda Díaz, manifestándole su rechazo a la reducción de jornada con un punto de cierta chulería: «yo te puedo decir, y tú lo sabes, porque así te lo he dicho siempre, que para nosotros, los empresarios y los autónomos que generamos empleo no es tan importante el día».

Pues no, para el no es importante el día, pero tampoco es el personaje en el que debamos mirarnos—no nos lo imaginamos hablando del traje de un ministro–, mirémonos en esos empresarios que con su esfuerzo han sido capaces de levantar sus empresas, fomentando una sociedad mejor, y a los que nos es imposible imaginarlos diciendo estas simplezas cargadas de un profundo machismo.

Publicado en La Opinión, de Murcia, el 12 de febrero de 2025

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