Me incorporo a este sección después de un tiempo de intentar alejarme de todo lo noticiable, sin conseguirlo (demasiado ruido a nuestro alrededor), y me incorporo cuando sobre el tapete de la información destaca un tema (que escandaliza a la sociedad y que debería de avergonzar a la justicia), que nos habla de que han sido librados de penas de cárcel, por abusar de menores, un grupo de empresarios murcianos. Personajes que solamente pueden despertar las nauseas, el asco y la vergüenza de los ciudadanos ante la falta de escrúpulos de estos sujetos, junto a resoluciones judiciales que provocan el asombro de esos ciudadanos y la desazón que produce todo lo que es difícil de comprender. Y esto, es muy difícil de entender.
Ya se, ya se ha dicho todo sobre el tema. Y este artículo no amplia datos sobre la vergonzosa información de hombres, con mucha capacidad económica y nula moral, que pedían “carne joven y nueva”, en el colmo de la degeneración. No, este artículo no amplia datos porque todo esta dicho. Pero no puedo dejar; imposible hacerlo, de mostrar mi incomprensión, y mi tristeza también, ante el funcionamiento de la justicia en Murcia.
Y digo “en Murcia”, porque es aquí, también, donde hace un tiempo se daba a conocer una sentencia sobre la violación llevada a cabo por un ser despreciable sobre su sobrina de seis años. Y como este depredador sexual no tenia antecedentes penales, y la justicia, como en el caso de ahora, se pronunciaba tarde, pues con seis mil euros de indemnización a los padres de la niña, este personaje quedaba sin pena de cárcel. Dispuesto a continuar mostrando su perversión sexual con otras menores.
La justicia no puede parecer justa si sus resoluciones provocan el escándalo en la sociedad a la que han de servir. La justicia no puede parecer justa si sus resoluciones tardan, años y años, hasta provocar la puesta en libertad de los delincuentes sin poderlos condenar porque el tiempo jugó a su favor. La justicia no parece ser justa si la investigación de la causa se dilata en el tiempo, y a la hora de dictar condena, se aplica la atenuante de dilaciones indebidas. Como marca la ley, es verdad, pero quizás tendrían que revisar la Ley y, sobre todo, reflexionar sobre el tiempo que los jueces y magistrados tardan en pronunciarse sobre algo tan grave.
Siempre creí en la justicia, pero en los últimos tiempos me lo están poniendo muy difícil. Años de espera para poner en marcha el Consejo General del Poder Judicial, ante la incapacidad de los partiros para llegar a un acuerdo, pero ante la comodidad también (los sueldos son muy tentadores), de los jueces que formaban parte del anterior consejo, que en ningún momento “amagaron” con marcharse para presionar a los partidos. Cosas que vienen a mostrarnos que los jueces son humanos (a veces demasiado humanos), y que como tales tienen flaquezas que les hacen olvidarse de su alta magistratura. Del ejemplo que deberían de transmitir a la sociedad, porque todos los trabajos no son iguales: el mundo de la magistratura, ha de preocuparse más por mostrar ciertos valores.
¿De verdad, los jueces, los fiscales que han intervenido en este caso no sienten que algo no hicieron bien? ¿De verdad basta con dejar transcurrir el tiempo para que unos despreciables depredadores sexuales se puedan ir “de rositas”, sin pagar por lo que han hecho? ¿De verdad los que han de impartir justicia no piensan más allá de lo reglado, de lo reglamentado (lo digo por lo del tiempo), para decidir las sentencias? ¿De verdad en la justicia jueces y fiscales no han de poner el corazón, si el corazón, en lo que hacen?
¿De verdad la justicia, no está a tiempo de enmendar este tremendo error?

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