EL MILITANTE LIBRE

PEPE MENDEZHasta los 18 años su vida trascurre en la Argelia francesa, en Orán, que es donde nace porque sus padres, republicanos españoles, deciden emigrar antes de que finalice la guerra civil española. Y allí estudia en un colegio bilingüe y habla francés casi antes de hacerlo en español y cuando estalla la rebelión de los argelinos contra Francia, en el cincuenta y cuatro, regresan a España.

Es un gran conversador. Tiene una memoria prodigiosa y ciertamente no es un personaje al lado de quien puedas aburrirte, así es que la entrevista nos permite conocer, a grandes rasgos, un tiempo convulso de Argelia, una forma de enfocar al exilio y una manera especial de vivir. “Cuando naces en otro país y sientes que en ese lugar la vida es temporal porque tus padres hablan continuamente de regresar a España, algo te marca aunque como Argelia era una especie de crisol de culturas yo me sentía integrado”.

Y nos dice que el choque se produce con la vuelta a España, a Lorca, en el año cincuenta y cinco, a una España muy triste, donde se siente la pobreza extrema. Tanta, que se encontró con que aún existían los dispensarios para el tratamiento del Tracoma, la enfermedad de los pobres. Y junto a eso, un ambiente social muy cerrado, del que escapa cuando se viene a estudiar Derecho a Murcia y en el colegio mayor se encuentra con gente con inquietudes que hacen que recuerde esa etapa de su vida como muy fructífera, hasta que oposita a Técnico de Administración Civil, en el Ministerio de Trabajo, y se marcha a Cataluña para hacerse cargo de la gerencia de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Ama la política y disfruta hablando de ella-estar unido a una periodista debe ayudar mucho- y lo hace como diseccionándola porque es capaz de hacer un análisis de lo que nos rodea con la claridad que está solamente al alcance de los que han vivido mucho si, pero también de los que han leído mucho y defienden sus postulados desde la más absoluta libertad. Y desde ese sentido de la libertad quería estar en política y lo hace entrando a formar parte del PSOE en 1976. Y comienza su andadura en el ámbito regional cuando Carlos Collado, que ha sido y es amigo suyo, le propone formar parte de su gobierno como Consejero de Presidencia para, más tarde, hacerse cargo de Hacienda, hasta que en el ochenta y siete es elegido alcalde de Murcia. Ocho años durante los que construye el Palacio de Deportes, se crea el Museo de los Molinos del Río, se proyectan los puentes de Calatrava y Monterola y el edificio Moneo, diseñándose los jardines de la Seda y la Pólvora. Y cuando le relatamos todos estos logros, nos sorprende gratamente-otro se hubiese jactado de sus conquistas-cuando nos dice que una ciudad se proyecta a largo plazo para que al final sean otros los que inauguren, porque no es propiedad del alcalde de turno. Y tiene palabras de reconocimiento hacia la labor de sus tres antecesores en el cargo. Reconocimiento en el que incluye al ultimo alcalde no elegido democráticamente, Clemente García porque, nos dice, sin poder político porque el movimiento se estaba descomponiendo, pone las bases del futuro de esta ciudad: “Clemente sobre todo se trae a Rivas Piera y a un grupo de economistas y hace el Primer Plan General de Ordenación de Murcia que ha estado vigente desde el año setenta y siete hasta el 2001. Fue un buen alcalde en época de democracia”.

No nos sorprende que hable así, porque está lejos de ser un sectario que niegue los valores de los demás. Y nos gusta este Pepe Méndez que dedica más tiempo en hablar de sus antecesores que de él, porque de Aroca nos dice que se esforzó en establecer durante sus cuatro años una política de consenso, que le sorprendió el 23 F y que tuvo que vivir una legislatura con muchos sobresaltos y poco dinero. Algo así, la falta de dinero, que también afectó a Antonio Bódalo, en el que agradece la carpeta de proyectos que le dejó: “Bódalo me dejó un montón de ideas encima de la mesa. Los Molinos del Río, la plaza del Romea, entre otros. Proyectos que no le dio tiempo a ejecutar y que yo me dedico a ponerlos en práctica. Algunos los inauguro yo, como el Pabellón de Deportes, otros los inaugura el que me sustituye”.

Sí, le cuesta trabajo hablar de su labor como alcalde, aunque dejase buen recuerdo, y es que no fue fácil su etapa: “Realicé cosas, sí, pero no tenía mayoría, gobernaba con unos socios, IU, con los que nunca me entendí. Con la crisis económica del ochenta y dos y con pocos concejales era el momento de irse”.

Vive en un piso soleado y donde, no podía ser de otra manera, los libros ocupan un lugar preferente. Los libros y los periódicos que devora diariamente. Y es que la prensa es vida y el es un hombre vitalista y seguramente es eso lo que le lleva a ir en las próximas listas electorales. Y como es algo que puede parecer extraño, le inquirimos sobre los motivos de figurar el “ultimo de la fila” en la lista al Ayuntamiento de Murcia que encabeza Pedro López. Y, entre otras razones, se encuentra el querer lanzar un mensaje de unidad, algo que nos habla de un hombre fuertemente comprometido con sus ideas, porque el sabe que Pedro López no ganará las elecciones, pero si que quiere trabajar para el futuro con un equipo joven y preparado: “Pedro López se la juega y sale a la campaña. Pedro Saura no. Saura se reserva en la retaguardia para ser diputado o senador autonómico. Y a mí, la maniobra de Pedro Saura no me gusta. El debería haber dado la cara, haber perdido otra vez las elecciones, dimitir esa misma noche y convocar un congreso: lo mismo que hicieron Joaquín Almunia y María Antonia Martínez”.

Publicado en La Opinión, de Murcia, el 17-3-2011

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Pity Alarcón

Periodista, con trabajos en los medios de comunicación de televisión, radio, prensa escrita. Profesora asociada de la UMU. Una vida dedicada a la comunicación.

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