POBRES QUE TRABAJAN Y COTIZAN

martes, 24 diciembre, 2013

Hoy es Nochebuena, alguien pensará que hay que lanzar un mensaje de esperanza, pero es muy difícil tenerla cuando mas de tres millones de españoles han rebasado el límite de la pobreza extrema.

Esta funesta manía de indagar que tenemos los periodistas, que nos lleva a escrudiñar en los más insólitos informes, nos pone, a veces, al borde del ataque de nervios. Y en esas me encuentro desde que se me ocurriera, como hacia alusión en un anterior artículo, profundizar en los contenidos del XIII Encuentro tributario que se preocupaba de buscar soluciones ante la caída de la recaudación fiscal y el aumento del fraude.

Sí, el ser humano tiende a sentir fascinación por todo aquello que percibe como un misterio. Y la economía siempre me lo pareció porque esto, más que ninguna otra cosa, es al arte de lo posible y de lo imposible. Así es que, llevada por esa atracción ante lo desconocido que admito, entre otras muchas debilidades mías, me enfrasqué en la lectura de las conclusiones de este encuentro deteniéndome en aquello que habla de la lucha contra el fraude, porque debo admitir que llevo mucho tiempo un tanto mosca con eso de que los trabajadores con nómina paguen más impuestos que conocidos míos que se dedican a los negocios o que se engloban en eso llamado “profesionales liberales”, y que, me consta, ganan mucho más.

JULIO RANSESA Julio Ramsés Pérez Boga, Vicepresidente de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda (IHE) lo estoy convirtiendo en mi escritor de cabecera, aunque no lo sea, pero tiene madera de ello porque consigue explicar muy bien algo tan aparentemente indescifrable como eso de los impuestos, utilizando un lenguaje sencillo y directo que todos podemos entender cuando dice lo de que “A este país lo están financiando los trabajadores. El sistema tributario está basado en las rentas de los trabajadores y no de los empresarios” ¿A que lo han entendido? yo también, y de ahí mi indignación porque es difícil asumir, como nos cuenta, que del total de la recaudación de todos los impuestos, entre el 80% y el 90 % procede de las rentas del trabajo y tan solo un 10% del impuesto sobre Sociedades.

HACIENDAYa se, en algún otro artículo hice alusión a esto; parezco que estoy obsesionada con el tema, pero es que me hace pensar en el injusto camino en que está derivando esta sociedad. Según estos datos, con el dinero de los que han de cotizar obligatoriamente, se benefician aquellos que se escaquean de pagar sus impuestos porque cuentan con gabinetes asesores que conocen todas las triquiñuelas para defraudar y engañar a su país. Sí, con los impuestos de las víctimas de la crisis los hijos de los que engañan al fisco pueden ir a colegios subvencionados por el Estado, que pagan en parte esos ciudadanos que tienen hijos sin calefacción en las aulas, que no cuentan con el numero de profesores suficientes, ni con los libros necesarios para una adecuada formación porque, en este país, ya hay pobres que trabajan y cotizan.

Me obsesiona, sí, que los que evaden impuestos se aprovechen de los que los asalariados han de pagar para hacer posible que ellos, cuando se pongan enfermos, puedan ir a la sanidad privada, cada vez más protegida por la administración pública. Y en el colmo del disparate, me preocupa sí, que esos ciudadanos que pagan sus impuestos vean amordazados sus derechos para manifestar su hartura libremente.

Hoy es Nochebuena, alguien pensará que hay que lanzar un mensaje de esperanza, pero es muy difícil tenerla cuando mas de tres millones de españoles han rebasado el límite de la pobreza extrema, cuando miles de niños están sufriendo de malnutrición, cuando miles de familias no pueden calentarse por el obsceno aumento de las tarifas eléctricas—desde 2012 el precio se ha incrementado un 8%–, cuando a los ciudadanos se nos están hurtando derechos democráticos fundamentales.

Vale, hoy es Nochebuena, y muchos ofenden al Niño Dios todos los días del año.

Publicado en La Opinión, de Murcia, el 24-12-2013

OBSESIONES DEL MINISTRO DEL INTERIOR

martes, 17 diciembre, 2013

Puestos a ser optimistas nos quedamos con que, en esta ocasión, no se pateó la cara de ningún manifestante, como si ocurrió en la Gran Vía, en alguna ocasión, cuando los ciudadanos ejercían su derecho a pronunciarse libremente.

GOBIERNOEste Gobierno comenzó cargándose, de hecho, la Ley de Dependencia, eliminando becas y arremetiendo contra la educación pública. Entre todos los ministros continuaron con el deterioro de la sanidad publica, la eliminación de una justicia gratuita y todo eso que hace que un país tenga la dignidad de funcionar en derechos sociales y ahora, este Ejecutivo con frenesí legislador, decide arremeter contra los derechos fundamentales de los ciudadanos que viven en un pías democrático, entre otras cosas, el derecho a manifestarse libremente, a gozar de una seguridad pública de garantías.

Si de algo está haciendo gala esta nación, los ciudadanos de este país, es de un exquisito comportamiento ciudadano ante lo que está ocurriendo– como el chistoso Wert puso de relieve cuando dijo que las manifestaciones en aquí eran como fiestas de cumpleaños, o algo así, que ya me pierdo con las ocurrencias de este señor– por eso es más extraño este desandar el camino de las libertades emprendido por el Gobierno de Rajoy–aprobación de Leyes como la de Seguridad Ciudadana y la de Seguridad Privada–, que han de ofender a los demócratas.

Y como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es un demócrata, no tenemos la más mínima duda de ello, comprendemos y compartimos las palabras que pronunció el pasado sábado en Murcia, con motivo de la convención celebrada por los populares murcianos donde, entre otras cosas dijo: «Lo que sea España es una decisión que no compete al presidente del Gobierno, ni a un partido político, ni siquiera a un Parlamento, corresponde a todos los españoles que son los que tienen la soberanía nacional».

Difícil no estar de acuerdo con esto, y más difícil aún casar estas palabras con lo que estaba ocurriendo fuera del auditorio Víctor Villegas, de Murcia, donde se celebraba el acto y donde más de doscientos españoles, ejerciendo esa “soberanía nacional” a la que se refirió Rajoy, intentaban mostrar su rechazo a lo que está ocurriendo pero, miren por donde, no pudieron hacerlo donde Rajoy pudiese oírlos y fueron confinados por lo que se llama “cinturón de seguridad”, en un callejón a más de doscientos metros del auditorio para, al final del acto, tener un altercado con la policía con la detención de algunos de estos manifestantes. Pero miren, puestos a ser optimistas nos quedamos con que, en esta ocasión, no se pateó la cara de ningún manifestante, como si ocurrió en la Gran Vía, en alguna ocasión, cuando los ciudadanos ejercían su derecho a pronunciarse libremente.

MINISTRO DEL INTERIORLa Ley de Seguridad Ciudadana que, por su contenido, deriva, en la mayoría de los casos, los conflictos con los detenidos en una manifestación al ámbito de una Justicia que ya no es gratuita, se refuerza extrañamente con la Ley de Seguridad Privada que, entre otras cosas, permite la detención de personas en la vía pública para su entrega a Policía o Guardia Civil. Una Ley que pretende proteger a las empresas que se dedican a ese menester, como confesó, públicamente, la semana pasada el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, continuando el discurso del Ministro.

Este Gobierno ha cogido una marcha de crucero donde se detecta un claro deseo de empequeñecer más el Estado y privatizar todo aquello que pueda beneficiar a un sector de la sociedad, entre los que no están esos que salen a las manifestaciones y corren el riesgo de ser detenidos, como vulgares delincuentes. Me cuesta pensar que, en tan poco tiempo, el recorte de las libertades nos sitúe entre esos países donde el ciudadano ha de salir a la calle con la documentación en la boca. Sinceramente, no veo las razones que producen esta obsesión por la seguridad del Ministro del Interior.

Publicado en La Opinión, de Murcia, el 17-12-2013

ONO, HAY QUE DEFENDERSE

martes, 10 diciembre, 2013

USUARIOS DE ONO, HAY QUE. HAY QUE DESENMASCARARLOS. HAY QUE DECIR BASTA ANTE TANTO ATROPELLO.

Que el consumidor español está desprotegido ante los desmanes del ONOmercado es un hecho. Que las asociaciones de consumidores intentan luchar denodadamente porque los atropellos a los consumidores sean lo menos gravosos posible también lo es, pero el consumidor continua teniendo la sensación de  sentirse desprotegido ante los abusos de compañías que atropellan sus más mínimos derechos.

Pero el caso de las compañías de telefonía móvil merece un punto y aparte y si nos referimos a las cosas de ONO es para darles un premio por la desfachatez, el cinismo y la prepotencia de que hacen gala ante unos consumidores que se muestran impotentes hacia tanto atropello.

NO hablo de oídas porque estoy sufriendo en mis propias carnes el acoso, sí acoso, al que estoy siendo sometida por esta compañía que no se cómo calificar.

Los hechos se remontan al pasado mes de junio, cuando ante la oferta mejor de otra compañía, MOVISTAR, decido prescindir de los servicios de ONO, tras muchos años de permanencia en esa compañía. Por supuesto MOVISTAR me indica que yo no he de hacer nada en relación con ONO porque ellos se encargan del cambio de todo.

Con fecha 27 de Julio recibo la comunicación de MOVISTAR en la que se me dice que ya se ha procedido a la portabilidad solicitada y que todo está OK. Pasa el tiempo y ante mi sorpresa me encuentro con que  ONO continua facturándome Internet cuando yo ya no trabajo con ellos. Comunico al banco que no me carguen más esos recibos, aunque ya he tenido que pagar otros —mi llamada a ONO diciendo que ya no soy cliente suya no surte efecto—y ante mi sorpresa e indignación con fecha 3 del presente mes recibo un correo electrónico conteniendo un escrito amenazante de no se que departamento para comunicarme que si en el plazo de 48 horas no pago 89,46 euros que según ellos les debo me demandarán y tendré que pagar también las costas…sencillamente de vergüenza.

ONO IINo solo me están estafando– lo hicieron cuando les pagué recibos que yo no estaba consumiendo– es que no me dejan vivir en paz con llamadas a las que no dan contestación, en casa y en el móvil. Una vergueta absoluta. Y yo me pregunto, no hay mecanismo de defensa para el consumidor? El Gobierno no puede hacer algo ante tanto descaro? Las asociaciones de consumidores, pese a su lucha, son suficientes para defender a los ciudadanos? El Gobierno no puede hacer más ante tanto atropello?

Yo estoy dispuesta a luchar porque no me tomen el pelo. Si me demandan ya veremos que ocurre. Iré al fin del mundo si hace falta para defender mis derechos. Ya está bien de tomaduras de pelo ante tanto cara dura.

Espero que esta historia pare aquí, pero de no ser así continuaré con mi relato.


MONTORO, NUESTRO SALVADOR

martes, 10 diciembre, 2013

Del total de la recaudación de todos los impuestos, entre el 80% y el 90 %, procede de las rentas del trabajo y tan solo un 10% del impuesto sobre Sociedades.

MONTOROMi presencia en las redes sociales se limita a mantener un Blog. No participo en Twitter ni Facebook, ni otros instrumentos por el estilo, y no porque no valore su gran importancia, en esta era en que nos toca vivir, pero no me imagino pendiente todo el día de contar mis vivencias o comentar lo que ocurre. Pero esto no me aleja de este mundo que considero un gran invento y, quizás por ello, sigo atentamente la página de LA OPINION Pesca de Redes que me permite saber como se respira en estos campos donde ciertamente siempre es posible encontrar cosas interesantes, como lo halle el pasado sábado, firmado por Pepe López Clemente, y que decía así: “Montoro acusa a los directores de Hacienda dimitidos de ser socialistas. Así expresado, cabe pensar que el PP podría modificar en cualquier momento el Código Penal para que ser socialista se convierta en un delito”. Y aunque esperemos que no se llegue a eso—no hay que dar ideas– un tufillo a purga si emana de los últimos movimientos que afectan a la Agencia Tributaria. Movimientos aplaudidos por el incalificable ministro Montoro y que afectan a los Inspectores de Hacienda. Un cuerpo del Estado que siempre nos pareció, por su discreción, por su ausencia de estar en el escaparate informativo, que se encontraba por encima de las miserias humanas. Que pertenecía a una especie digna de preservar, hasta que Montoro los ha bajado a la tierra haciéndolos mortales, tan mortales que se ha permitido decir, con ese aire sobrado con el que habla, que lo que está ocurriendo en la Agencia Tributaria le ha servido para saber que «estaba trufada de gentes del PSOE en puestos de responsabilidad”, porque todos los dimisionarios eran socialistas. Y esto lo decía, en el Congreso, sin pestañear.

Como sin pestañear declaraba en una entrevista que le hacía Graciano Palomo: “Tiene narices que crean que a mí me gusta subir los impuestos… yo tenía que salvar España enferma de tanto endeudamiento». Una entrevista en la que el ministro utilizaba un tono cuartelero—traducir como un lenguaje inapropiado para un ministro—y a ratos un tanto chabacano. Pero nos preocupó más el contenido que las formas, porque este hombre tiene obsesión con lo de salvar España—ya antes de ser ministro le dijo a la política canaria Ana Oramas eso de “deja que caiga el Gobierno que ya salvaremos nosotros a España…”, o algo parecido– y siempre hay que desconfiar de los salvadores de patrias. Sí, este hombre sigue con la misma matraca pero ahora tiene un juguete muy poderoso en las manos y ya ha dejado de tener gracia al hacer ostentación de ese poder y armar la marimorena en algo que debería de ser más respetado, Hacienda.

HACIENDALa dimisión, días pasados, del director de inspección de la Agencia Tributaria, Luis Jones– el tercer cargo jerárquico en la misma —, los abandonos vinculados al caso Cemex, junto con las destituciones de los delegados especiales de Cantabria, Castilla, León y Galicia, entre otras cosas, han creado un ambiente extraño en la Agencia.

Es tanta la preocupación que Montoro tiene por limpiar de sospechosos socialistas la Agencia Tributaria que, al parecer, no ha tenido tiempo de leerse algunas de las conclusiones a las que llegaba en el XIII Congreso Tributario, Julio R.Pérez Boga, Vicepresidente de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda (IHE) que ponía de relieve que del total de la recaudación de todos los impuestos, entre el 80% y el 90 %, procede de las rentas del trabajo y tan solo un 10% del impuesto sobre Sociedades, declarando que: “A este país lo están financiando los trabajadores. El sistema tributario está basado en las rentas de los trabajadores y no de los empresarios”. Pues que bien. Gracias a que tenemos un salvador…

Publicado en La Opinión, de Murcia, el 10-12-2013

ASESINOS, BLANQUEO DE IMAGEN

martes, 3 diciembre, 2013

Para Mediaset no todos los asesinos de chicas son temidos y repudiados por la sociedad porque, horas después de su comunicado, el nuevo programa de Cuatro The Wall entrevistaba a Emilio Muñoz, condenado a 43 años de prisión por el secuestro y asesinato de Anabel Segura.

MIGUEL RICARTComo si fuese una estrella de no sabemos qué, las cámaras de televisión, los fotógrafos, los periodistas se agolpaban ante la prisión de Herrera de la Mancha, el pasado viernes. Eran las 17,42 cuando se abrían las puertas del centro penitenciario y aparecía por ellas un hombre embozado en una bufanda que impedía ver su rostro, pero no unos ojos huidizos y un tanto inquietantes. Ese hombre no era un famoso futbolista, un reputado actor, un reconocido escritor. No, ese hombre era, es, Miguel Ricart, un asesino confeso de tres niñas: Mirian, Toñi y Desirée, de 14 y 15 años, que desaparecieron la noche del viernes 13 de noviembre de 1992, en Alcásser (Valencia) cuando se dirigían haciendo autostop a una discoteca de la vecina localidad de Picasent donde se celebraba la fiesta de su instituto.

Viendo las fotos, el remolino de informadores a su alrededor, nos temimos lo peor, lo que está ocurriendo, el intento de algunos programas de televisión de convertirlo en una estrella mediática. Sí, ese hombre que debería de haber abandonado la cárcel en la más absoluta soledad, en el mayor aislamiento social—la ausencia de familiares, de amigos esperándole es significativa–lo hacia rodeado de informadores gráficos que le prestaban un protagonismo vergonzoso. Vergonzoso para una maravillosa profesión que algunos enfangan y vergonzoso para una sociedad enferma que no rechaza estos espectáculos que denigran al ser humano porque, intentar convertir en protagonista mediático a un individuo que rapta, viola y asesina a unas niñas es absolutamente deleznable.

EMILIO MUÑOZEl domingo los medios de comunicación serios—créanme que hay muchos, este lo es—mostraban su preocupación por lo que debería escandalizar a cualquier sociedad civilizada y alertaban sobre que algunas televisiones, determinados programas, estaban haciendo denodados esfuerzos para conseguir la aparición en algunos de sus espacios del asesino de jóvenes Miguel Ricart. Esa alerta, el espectáculo de su salida multitudinaria de la cárcel y el movimiento de las redes sociales, ha provocado que alguna cadena de televisión, que se caracteriza por sus contenidos poco exigentes, en la mayoría de las ocasiones, con la Ética y la Deontología profesional salga a la palestra para negar la mayor—la oferta de protagonismo mediático a un personaje como Ricart–, y así Mediaset España mandaba un comunicado a los medios aclarando que no daría «minutos de gloria televisivos a un asesino temido y repudiado por una sociedad muy dolida por estas excarcelaciones». Pero al parecer, para esta televisión, no todos los asesinos de chicas son temidos y repudiados por la sociedad porque, horas después de la publicación del comunicado, el nuevo programa de Cuatro The Wall entrevistaba a Emilio Muñoz, condenado a 43 años de prisión por el secuestro y asesinato de la joven madrileña Anabel Segura, ocurrido en 1993, y al que se le dio la posibilidad de aparecer ante las cámaras como un arrepentido, como un personaje equivocado que asesinó porque perdió la cabeza.

Mientras tanto, casi una hora de conversación mantenían, al parecer, un reportero del magacín de Susana Griso y Ricart. Conversación que él aprovechaba para sembrar dudas sobre su participación en el crimen.

No tengo hijos, pero es muy fácil ponerse en la piel, en la rabia, en el dolor, de los padres de las chicas muertas ante el blanqueo de imagen de los asesinos de sus hijas fomentado por unos medios de comunicación, unos programas, unos periodistas, que parecen desconocer eso que se llama Ética y Deontología Profesional.

Publicado en La Opinión de Murcia el 3-12-2013

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