Continuamos enjugascados con la renta de Rajoy olvidando analizar, por ejemplo, que los datos sobre el número de cotizantes a la Seguridad Social se ha reducido en enero en más de un cuarto de millón y en caso 800.000 a lo largo de 2012.
Las decisiones en cuento a la comunicación en algunas instituciones están pensadas y bien pensadas. Nada ocurre porque sí. Todo tiene una razón de oportunidad, de conveniencia. Los tiempos se miden milimétricamente para que los acontecimientos que les afectan puedan ver mitigados sus efectos; porque una detonación controlada a tiempo puede ocasionar que no se oiga con nitidez el derrumbe.
Como ya apuntábamos la semana anterior, la publicación de la declaración de la renta y el patrimonio de Mariano Rajoy no aportaría nada nuevo sobre la manera de llevar la contabilidad del PP por parte de Luis Bárcenas. Lo que aparece en su declaración es, como no podía ser de otra manera, lo que percibe como Presidente del Gobierno de España y lo que recibía legalmente de su partido que, al ser un acuerdo privado entre partes, no está sometido a ninguna norma y sí a lo que la institución quiera; aunque hemos de reconocer que es escandaloso que en plena apriete de cinturón de todos los ciudadanos, incluidos los funcionarios a los que se les quiere culpar de no se cuantas cosas, su partido le subiese el sueldo un 27%. Algo que nos habla de la hipocresía reinante en esta sociedad nuestra.
Este dar a conocer lo que Rajoy expone en su declaración de hacienda nos ha hecho tener unos días muy ocupados analizando los datos, leyendo las reacciones a los mismos, pero nos tememos que nos distrajeron de lo sustancial—lo sustancial no es su declaración de hacienda, es la contabilidad B, si existe, de su partido–, que quizás es lo que se ha pretendido, como ponen de relieve las declaraciones casi a coro de todos los portavoces del PP que al unísono nos hablan de transparencia—la transparencia es otra cosa– como si esta declaración, insistimos, pudiese borrar todo lo demás. Y lo demás es mucho, porque aquí lo que importa es saber la procedencia de los fondos con los que este partido se financia y retribuye a sus dirigentes.
Pero sí, estamos hablando más de la declaración del Presidente que de los últimos datos del CIS en los que aparece Mariano Rajoy inspirando poca o ninguna confianza al 82,1% de los españoles, algo perfectamente natural si tenemos en cuenta que estudios económicos nos dicen que la brecha entre ricos y pobres, en nuestro país, es la mayor de toda la Unión Europea: Nunca estuvo el dinero tan mal repartido.
Pero continuamos enjugascados en su declaración de renta olvidando analizar, por ejemplo, una noticia que nos grita la realidad que estamos viviendo. Datos de la semana anterior que reflejan que el número de cotizantes a la Seguridad Social se ha reducido en enero en más de un cuarto de millón y en casi 800.000 a lo largo de 2012. Una pérdida de cotizantes que debería de alarmarnos porque nos indica una tendencia a la baja que pone en peligro el mismo sistema de pensiones.
Pero aquí estamos, tratando de la dichosa declaración y no del obligado cese de la señora Mato, aunque solamente sea por mentir—de estética ni hablamos– algo que se antoja demasiado usual en este gobierno. Porque con tanto ruido que nos lleva a la nada, dejamos pasar—ni siquiera hemos oído comentarios al respecto—los últimos datos ofrecidos por UNICEF sobre nuestro país. Datos que reflejan que más de dos millones de niños españoles viven ya en la miseria.
Si, hemos de reconocer los servicios impagables que prestan, algunos gabinetes de comunicación, para soltar la tinta de calamar adecuada que impida ver más allá de nuestras narices.