Desde los 19 años trabajé, primero en la radio y más tarde en la televisión pública. A lo largo del tiempo tuve la oportunidad de conocer a muchos directores generales, a muchísimos jefes de informativos; en diferentes etapas y con distintos partidos políticos. Y puedo decir, sin temor a equivocarme, que jamás RTVE gozó de la libertad y del respeto al pluralismo político de que goza ahora. Sí, nunca antes, los profesionales que hemos trabajado en ese organismo pudimos sentir el orgullo que experimentamos en el 2004 y, de manera especial, a partir de junio del 2006. Porque es gracias a la Ley 17/2006, de 5 de junio, de la Radio y la Televisión de Titularidad Estatal; que obliga a que el presidente de la corporación RTVE tenga que ser designado por una mayoría de dos tercios en el Congreso de los Diputados, cuando los partidos políticos han de ponerse de acuerdo en la elección del candidato—ya no basta con la decisión unilateral del partido gobernante—,con lo que esto significa de garantía de elección de una persona capaz de asegurar la necesaria pluralidad informativa. La objetividad y neutralidad exigibles. En definitiva, la decisión de Rodríguez Zapatero de aproximar el funcionamiento de RTVE a la BBC produjo que los profesionales de la radiotelevisión publica española dejásemos de envidiar a nuestros colegas británicos.
EN DEFENSA DE RTVE
martes, 13 diciembre, 2011LAS ENSEÑANZAS DE GOEBBELS
lunes, 14 junio, 2010 La consolidación de la democracia aportó grandes beneficios a nuestra sociedad pero, sobre todo, la democracia nos trajo el derecho a gozar de unos medios de comunicación libres y de unos periodistas que, con su mirada crítica, nos ayudaban a comprender lo que ocurría a nuestro alrededor. Eran esos periodistas que ponían en un brete a los políticos en las ruedas de prensa, que no se daban por satisfechos con cualquier explicación y que intentaban profundizar en todo aquello que pudiese servir a una sociedad que estaba despertando a la libertad.
No podemos imaginarnos ahora nuestra vida sin los periódicos libres que acompañen nuestro desayuno. Sin medios de comunicación al servicio de la sociedad, porque son ellos los que nos hacen sentir ciudadanos de primera.
Y en este punto recuerdo de manera especial a un profesor de la Universidad Complutense, de Madrid. El doctor Conesa; que me hizo amar el Derecho, me hizo también sentirme orgullosa de estudiar periodismo porque supo transmitirme los valores de los periodistas de aquella prensa que emergía ansiosa de hacer llegar a la sociedad la importancia, entre otras muchas cosas, de la verdad.