El consejero de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Antonio Sevilla, continúa con su extremada prudencia a la hora de hablar de cualquier tema de su departamento e insiste en que la fecha exacta de la puesta en marcha del aeropuerto es de AENA.
Escribíamos en esta misma sección, no hace mucho, que lo del aeropuerto de Corvera parecía estar convirtiéndose en un misterio.
Pasa el tiempo y nada hay que nos haga pensar lo contrario. Es decir, el enigma continúa. No hay fecha de inauguración del mismo—el espejo del aeropuerto de Castellón inaugurado y sin función alguna quizás obligue a ser cautos—y continuamos oyendo eso de que “comenzará a operar muy pronto», en cuestión de «muy pocos meses», que la infraestructura «está ya terminada».
Si, todo está finalizado, pero no atisbamos que el dichoso aeropuerto pueda ser puesto en funcionamiento de manera inminente pese a que, poquito a poquito, nos vamos enterando de que los inconvenientes que van surgiendo se están solucionando, al parecer.
Y no hablamos de naderías, nos referimos, nada más y nada menos, que al pasillo aéreo que el ministerio de Defensa quería dejar al mencionado aeropuerto y que obligaría a los aviones a volar tan bajo que sería casi impracticable hacerlo. Bueno pues al parecer, se han hecho los necesarios ajustes y el espacio aéreo del aeropuerto de Corvera ya cuenta con todos los permisos de los técnicos de los ministerios de Defensa y Fomento, a la espera de la reunión, que se anuncia para el próximo martes, de la Comisión Interministerial Fomento-Defensa.
Se confía en que, de esa reunión, salga la aprobación definitiva al pasillo aéreo del nuevo aeropuerto que haga compatibles los tráficos civil y militar, porque no podemos olvidar que la ubicación del aeropuerto de Corvera tiene un grave inconveniente y es que, como recordamos en otra ocasión, en la misma área de acción aérea de Corvera, aparte de la base de San Javier, se encuentran las prácticas asignadas a la base paracaidista de Alcantarilla y el aeródromo militar de Los Llanos, en Albacete, por lo que los promotores del aeropuerto de Corvera no ven muy claro eso de volar comercialmente por el pasillo aéreo que ofrecía en un principio Defensa: se les obligaría a volar a tan poca altura que la orografía, a veces, podría impedir a los aviones recibir las señales que deben guiarles en el aterrizaje y el despegue.
A todo esto el consejero de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Antonio Sevilla, que continúa con su extremada prudencia a la hora de hablar de cualquier tema de su departamento, insiste en que la fecha exacta de la puesta en marcha del aeropuerto es de AENA, que ellos son los competentes en la materia y que toca esperar. Esto no lo dice el, lo decimos nosotros ligeramente moscas con este aeropuerto.
Pues aunque les parezca extraño, en el aeropuerto de San Javier las labores de ampliación y modernización se han continuado realizando como si sobre el mismo no pendiese la espada de Damocles del cierre de su actividad como aeropuerto civil, hasta el punto de que al parecer son setenta millones de euros los que se han gastado en la ampliación de la terminal de pasajeros, la renovación del sistema de inspección de equipajes y la reforma de la plataforma de aviones, entre otras cosas: como una nueva cafetería.
Que se hagan obras de ampliación en el aeropuerto de San Javier cuando, nos dicen, solo restan unos meses para que su actividad cese y se traslade todo el tráfico de pasajeros al nuevo aeropuerto de Corvera nos habla de un despilfarro impropio de los tiempos que corren.