EL ARTE DE DECIR SIN DECIR

jueves, 20 abril, 2023

dia ivHace un tiempo, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aparecía ante los empresarios de nuestro país dejándoles estupefactos cuando con esa manera suya de decir las cosas, tranquila y sosegada, les espetaba algo así como “Si algunos empresarios de nuestro país tienen dificultades para encontrar trabajadores y trabajadoras, les doy una pista: páguenles más. Ofrézcanles mejores condiciones de trabajo. Denles más motivos para trabajar en sus empresas”. Y todo sin levantar en lo más mínimo la voz, con ese estilo tan gallego que ella tiene de decir.

Sí, tener que hablar mucho, en distintos foros, siempre sobre los más diversos temas procurando no “destaparse” mucho, no profundizar en los mismos para no dejarse ver; más allá de lo que ella quiere, de lo que pretende, de lo que le interesa, es un arte que no todo el mundo posee. Y frente a la tosquedad de otros y otras políticas que dejan al descubierto todas sus miserias a poca oportunidad que se les de con un micrófono delante, la vicepresidenta Díaz jamás pierde la compostura ante los medios.

Por eso es fácil admirar en ella ese saber estar que no todo el mundo posee. Admirar su estilo y el respeto que muestra a sus adversarios aunque diga con firmeza aparente y suavidad extrema todo aquello que le está haciendo un personaje importante en la política española. Tan importante como para que Sumar, la denominación electoral de Díaz, podría lograr 21 escaños, en las próximas elecciones, frente a los 6 diputados que conseguiría Podemos: los últimos sondeos encaminados a profundizar en las posibilidades electorales de Sumar, nos hablan de que la concurrencia de esta formación a las generales; que contaría con Más Madrid, Compromís y Chunta, puede tener a Podemos en un sinvivir.

Es cierto que ser vicepresidenta del Gobierno de España le ha prestado un escaparate impagable para exponer sus ideas, para situarse como una de las políticas y políticos más creíbles y respetados de este momento en nuestro país, pero no es menos cierto que ella ha sabido muy bien, desde el primer instante, que dignificar el puesto que ocupa es una responsabilidad que no todos, que no todas cumplen, porque no poseen el don que ella tiene de saber, entre otras cosas, buscar acuerdos, encontrar caminos de entendimiento sin que parezca que es ella la que marca el ritmo de las conversaciones.

diaz iiiHace unos días, fue entrevistada en el programa de la Sexta “Lo de Évole” y consciente del lugar que ocupa habló con respeto del Rey Felipe VI, pese a reconocerse como “no monárquica”, pero es que una cosa no tiene que ver nada con la otra. Respetar la figura del Jefe del Estado es una responsabilidad de todos los que forman parte del Gobierno, que no siempre ocurre, porque en el mismo, hay alguna gente un tanto chocante. Tan chocante, que raro es el día en que no nos sorprendan criticando las decisiones del Consejo de Ministros, pese a que ellos y ellas forman parte de ese órgano colegiado, siendo también responsables de sus decisiones: si están en contra de las mismas lo digno seria que renunciaran a esos vistosos puestos, a esos sustanciosos sueldos para, desde fuera, dedicarse a despotricar de todo y de todos, que es en lo que parecen haberse especializado.

Yolanda Díaz no, ella sabe la importancia del lugar que ocupa y no se deja llevar por bobadas. Lo que si echamos en falta en su discurso es una cierta claridad expositiva. Porque no se ustedes, pero yo no tengo muy claro el programa electoral con el que se presentará a las próximas elecciones.

Que sí, que es bueno eso de quererse, y de abrazarse y de besarse, pero no estaría mal profundizar en lo sustancial. Digo yo.


A %d blogueros les gusta esto: