Hola amigos: Hace algunas semanas que no aparezco por estás páginas. Le dije al «dire» de La Opinión que hasta septiembre no cuente conmigo. Que bien, poder decirle esto a un jefe, pero ahora me doy ese gustazo. También me he despedido de la SER, en Murcia, hasta esas fechas, pero es que es necesario alejarse de las páginas, de los periódicos para madurar las ideas.
Hoy, cuando quería despedirme de vosotros alegre y jacarandosa descubro que la vida es muy dura, a veces. Me entero de la muerte de una persona a la que tuve el placer de conocer y de querer, porque a Concha García Campoy se la quería el primer día en que la conocías: amable, cariñosa, leal…se nos ha ido y ahora no encuentro palabras para expresar mis sentimientos. Se marchó una magnífica periodista, una gran profesional pero, sobre todo, una extraordinaria persona. No se fue sola, muchos, muchísimos, estamos con ella en estos momentos.
He llamado a Fernando Delgado, su amigo, mi amigo. No ha podido hablarme, la emoción le ha superado. Eso es lo que sembró Concha García Campoy, a la que siempre recordaremos.
Mañana intentaré despedirme de vosotros, hoy me despido de ella.
EL RÍO DE LA VIDA 
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