El XIII congreso del PP regional que se celebrará en Granada, entre el 13 y el 15 de julio, es esperado con expectación entre sus propios militantes, Aunque parece que todo esté atado y bien atado por el dimitido Javier Arenas para que Juan Ignacio Zoido, el alcalde de Sevilla, le sustituya como Presidente de los populares andaluces, lo cierto es que entre algunos de ellos no ha caído bien el dedazo de Arenas para designar a su sucesor. Algunos, y algunas también, piensan, y con razón, que un poco de democracia a la hora de elegir a sus dirigentes no le vendría mal al partido.
Es cierto que es costumbre en el PP el que los dirigentes que se van designen a los que les sustituyen, pero no es menos cierto que entre los populares andaluces hay más de uno y de dos—o de una y de dos—que se creen, y con razón, con los méritos suficientes como para aspirar a la presidente de esta formación política.
No dudamos de la capacidad de Juan Ignacio Zoido para liderar un partido como el PP. Incluso nos creemos, como algunos apuntan, que posea acentuadas cualidades para la búsqueda del consenso entre las diferentes sensibilidades–léase los necesarios equilibrios provinciales–, pero no es menos cierto que no es lo mismo dirigir a un partido como el PP—a ninguno diríamos—con la obligación de hacerlo compatible con la alcaldía de Sevilla, que estar libre de ataduras provinciales, como en el caso del que se marcha, Javier Arenas. Algo que, él lo sabe, le permitió gozar de mucho predicamento entre los suyos.
En el resto de Andalucía hay una cierta desconfianza hacia lo que procede de la capital de la autonomía. El alcalde de Sevilla deberá continuar luchando para mantener ese lugar de privilegio que Sevilla tiene. Pero a su partido, a partir del mes de julio, le tendrá que ofrecer un equilibro regional en sus decisiones, que no se si podrá cumplir.
Como muestra: En la junta directiva del PP de Andalucía, que se celebró el pasado domingo, se dejaron oír algunas voces de dirigentes de Andalucía Oriental—Almería, Jaén, Granada y Málaga–, indicando la necesidad de que Zoido contemple una adecuada representación de estas provincias en la futura ejecutiva.
Juan Ignacio Zoido no es Javier Arenas. No lo tendrá tan sencillo.
EL RÍO DE LA VIDA 
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