Hoy es día de reflexión, previa a la jornada electoral de mañana. Y está bien que reflexionemos sobre la democracia. Algo que deberíamos cuidar todos los días, a cada momento, para que no pierda la esencia que le hace ser el único sistema político que ha venido dignificando al ser humano a lo largo de los tiempos. Ha sido un largo camino que los ciudadanos hemos recorrido para poder avanzar en nuestra consideración de personas. Personas que cada día están más preparadas y que, por lo tanto, nos deberían llevar hacia una mayor perfección de nuestro sistema político, pero lejos de esto, es fácil percibir como, en los últimos tiempos, se ha producido un adormecimiento de la participación ciudadana en la vida pública que nos habla de desmotivación de la misma.
La campaña electoral que hemos vivido hubiese sido el momento ideal para intentar revitalizar a un electorado con algo más que unos actos que cada formación política celebra para convencer a sus convencidos porque, no nos engañemos, los que acuden a los mítines son los que ya tienen decidido el voto.