Las noticias se suceden con tal vértigo que hay veces que algunas de ellas pasan casi desapercibidas en los medios de comunicación cuando deberían de ser objeto de comentarios y estudios de sesudos analistas para descifrar el fondo de la cuestión. Por eso es bueno, de vez en ve, volver atrás y detenernos en alguna de esas noticias que provocan el chascarrillo fácil, el comentario incrédulo y hasta gracioso, pero que deberían hacernos pensar sobre la sociedad que entre todos estamos construyendo.
Una de estas informaciones dignas de estudio se publicaba en las páginas de LA OPINION el pasado día tres. En esa información se llamaba la atención sobre la búsqueda de candidatos para las elecciones de mayo que ha puesto en marcha un denominado Convergencia Ciudadana del Sureste. Es decir, esta formación política no surge porque un grupo de ciudadanos compartan determinada forma de concebir la sociedad y en su presentación capten la atención de otros que lo ven con el mismo prisma. No, esta supuesta formación política-parece ser que existe desde 1999, así es que no hay peligro- invita a quien desee ser candidato a alcalde u ocupar un puesto en las listas de la tal Convergencia a enviar un correo electrónico a una dirección determinada; que no se la facilitamos por si le da un deseo irrefrenable de dedicarse a la política y después nos pide responsabilidades.